Hace mucho tiempo, cuando se
definieron las reglas de la armonía, la salida más fácil y segura
para un compositor era hacerse maestro de capilla. En la tradición católica no tanto, pero en la tradición protestante era costumbre cantar corales (piececitas religiosas a cuatro voces, ya hablaremos de ellos más adelante), y lo normal era que los cantara la congregación. No siempre un coro profesional. Así pues, este trabajo
implicaba escribir un montón de música para un coro amaetur que cantaría
en la iglesia. Y había que hacerlo deprisa, prácticamente cada
domingo necesitaban música nueva que debía cantarse sin ensayar. Por ello esta música tenía que ser muy fácil de
cantar y de interpretar, y casi todas las reglas de la armonía están ahí para conseguir que un coro amateur cante sin dificultad. Hoy en día, cuando estudiamos armonía, seguimos
utilizando un sistema que se basa en estas premisas. Si bien puede
parecer anticuado, y probablemente lo es, estudiar armonía como si
para un coro amateur se tratara es un estupendo ejercicio para obtener
habilidad, soltura y seguridad a la hora de escribir cualquier
música.
Por todo ello, a partir de ahora, vamos a escribir música para un coro mixto a cuatro
voces. Por tanto tenemos que conocer un poquito sobre la voz humana.
Dividimos
la voz humana en cuatro tipos de voz. Dos tipos masculinos y dos
tipos femeninos. Dos graves y dos agudas. Las voces masculinas son la de bajo (voz grave) y tenor (voz aguda) y las
voces femeninas son las de contralto (voz grave) y soprano (voz aguda). Y esto probablemente no haga falta decirlo, pero las voces femeninas son más agudas que las voces masculinas. Estos cuatro tipos de
voz se establecieron en occidente hace mucho, mucho tiempo, allá por
el siglo XV y son compartidos por todas las culturas musicales del
mundo. Aproximadamente el ámbito de las diferentes voces es como
sigue:
Claro, ya sé lo que estáis pensando: si
los acordes tienen tres voces, pero las voces son cuatro, ¿eso como
se hace? Porque tocamos a 1,25 notas por voz y las notas no se pueden
partir... Muy sencillo. Como el acorde tríada (que es el acorde que
estamos usando ahora mismo) solo tiene tres notas, lo que haremos
será duplicar una de ellas. Duplicar significa escribir la misma
nota en otra voz y en otra octava. Así pues podemos colocar una nota
en cada voz y tener un sonido de coro. A la hora de duplicar nos
encontramos nuestro primer dilema: podemos duplicar la nota
fundamental, (la nota sobre la cual se construye el acorde) podemos
duplicar la tercera o podemos duplicar la quinta. Para salir de dudas
a mí me gusta volver al espectro armónico. El espectro armónico
nos daba nuestro acorde perfecto mayor, y el espectro armónico en sí
es un mar de duplicaciones. La primera nota que se duplicaba era la
fundamental, así que nuestra primera opción será la duplicación
de la fundamental. Algunas veces, duplicar la fundamental no será
posible. En este caso recordaremos que la siguiente nota que se
duplicaba era la quinta, la cual será nuestra segunda opción. Y
sólo cuando no sea posible duplicar la fundamental ni la quinta,
entonces duplicaremos la tercera que era la tercera nota que se
duplicaba en nuestro espectro armónico. Este procedimiento le dará
una sonoridad mucho más plena, estable y robusta a nuestros
ejercicios.
Puede
resultar evidente, pero nunca está de más recordarlo. Como hemos comentado antes, nuestro
objetivo es escribir una pieza coral que resulta fácil de
cantar, por lo tanto, siempre que podamos nos mantendremos más o menos en la zona
central del registro. Sólo en contadas ocasiones, y porque no haya
otro remedio nos iremos a los extremos (tanto agudos como graves) y
nunca saldremos del registro.
Ahora
vamos a ponernos manos a la obra y vamos a escribir nuestro primer
acorde. Aunque antiguamente los músicos escribían cada voz en un
pentagrama diferente (y usando una clave diferente!), y de hecho la
música coral se escribe en cuatro líneas distintas, para nuestros
ejercicios es mucho más práctico y económico escribir en dos
pentagramas, utilizando las claves de Fa en cuarta para las voces de
Bajo y Tenor y Sol en segunda para las voces de contralto y soprano.
Y con todas estas ideas, aquí tenemos un ejemplo de cómo quedaría
nuestro primer acorde:
Esta
es la mejor opción para un acorde Perfecto mayor sobre Do. La
fundamental está en el bajo. (de momento siempre colocamos la
fundamental en el bajo, más adelante, colocaremos también otras
notas del acorde, y entonces discutiremos sobre su idoneidad). Todas
las voces cantan en el centro de su tesitura y estas no están ni muy
separadas, ni muy juntas.
Sobre
la separación de las voces es conveniente aclarar que no deben
separarse más de una octava. Dos voces muy separadas no darían la
sensación de conjunto, sino de melodías independientes, y por eso se
ha llegado al consenso de que una octava es el máximo entre
cualesquiera dos voces consecutivas. Es decir, entre Soprano y
contralto, nunca habrá más de una octava, al igual que entre
contralto y tenor. Sin embargo, entre tenor y bajo, se permite hasta
una octava y media y según algunos teóricos hasta dos octavas de
separación. Esto viene determinado por una cuestión física. Si os
acordáis, el espectro armónico tenía sus intervalos más grandes
al principio, y luego, en el agudo, eran más pequeños, aunque el
incremento de hertzios era el mismo. Eso hace que nuestro oído
perciba los intervalos graves como más pequeños de lo que son y los
intervalos agudos como más grandes. Por eso, la sensación real de
dos voces graves muy separadas no es tan distante como la de dos
voces agudas muy separadas.
Y
este es el final del post de hoy.
Hoy hemos aprendido a desarrollar un acorde para cuatro voces corales y
escribirlo correctamente para un coro mixto a cuatro voces
El
la próxima lección aprenderemos como enlazar dos acordes en estado
fundamental, aprenderemos cuales son las cadencias básicas y
aprenderemos qué función tiene cada acorde dentro de la escala
mayor.
Y
ahora algunos ejercicios para afianzar lo aprendido:
Desarrolla
los acordes diatónicos de la escala de Do M para un coro. Recuerda
que todas las voces tienen que cantar aproximadamente en el centro de
su tesitura!
Desarrolla
los mismos acordes en otras tonalidades.
Experimenta
en el piano como sonarían los acordes si los orquestáramos de
distinta manera. ¿Que pasa si duplicamos la tercera? ¿Qué pasa si
duplicamos la quinta? ¿Que pasa si separamos las voces mucho? ¿O
las tocamos muy juntas? Todo suena de manera diferente!
Y ya para terminar, si te gustó lo que leíste, no olvides agradecerlo recomendando el blog en twitter, o escribiendo un comentario!